Rioverde.- En plena temporada de calor y bailables escolares, las ventas de sombreros han comenzado a repuntar, especialmente los modelos de palma y petate, por ser frescos, económicos y útiles para protegerse del sol extremo.
Erika Torres Maldonado , artesana y comerciante de sombreros, señala que cada vez más personas, especialmente mujeres, se animan a usar sombrero no solo como protección, sino como un accesorio de moda. “Antes el sombrero era una necesidad; hoy es una moda. Ahora las clientas buscan modelos personalizados, con copas, moños o detalles que reflejen su estilo”, comenta.
Los precios varían según el tipo de material, la costura y los acabados. Desde sombreros sencillos de petate que rondan entre los 50 y 70 pesos, hasta diseños personalizados para eventos como el Xantolo. Erika muestra con orgullo un pedido en proceso, hecho completamente a mano, que transformó una tejana común en una pieza única con iniciales y detalles distintivos.
Además, ofrece mantenimiento gratuito en dos ocasiones a quienes compran con ella, y brinda orientación sobre el cuidado del sombrero para prolongar su vida útil. “Me gusta enseñarles cómo cuidarlos. No se trata solo de vender, sino de que el cliente le saque provecho a su sombrero”, afirma.
Ubicada en la plaza de San Juan, Erika invita a conocer su local, donde asegura que siempre hay espacio para la creatividad, la tradición y la innovación. “Esto es un arte y lo llevo en la sangre”, concluye con orgullo.
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