Hubo de todo. Fue un evento cargado de significados, de repercusiones políticas y de saldos a favor y en contra de los protagonistas. Nos estamos refiriendo a la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) celebrada el pasado 19 de agosto en la capital potosina.

A unos días de ocurrido el evento y ya sin la estridencia de los fuegos artificiales que ocasionó, es importante analizar algunas estampas de lo ocurrido.

Empecemos por el contexto y los antecedentes que precedieron a la reunión.

Desde de marzo fue escalando un clima de tensión entre el presidente y los gobernadores. Con motivo de la irrupción de la pandemia se vivieron momentos de desencuentro entre ambos. Algunos gobernadores se opusieron a las medidas tomadas por la Secretaria de Salud, en especial a las asociadas al uso de un Semáforo Epidemiológico. Al mismo tiempo como consecuencia de la parálisis económica que ocasionó la pandemia las finanzas gubernamentales entraron en quiebra.

Para enfrentar la pobreza presupuestal algunos gobernadores optaron por el endeudamiento y al mismo tiempo exigieron a la Federación un nuevo Pacto Fiscal para obtener un mejor reparto de los impuestos. Se formó incluso un bloque de gobernadores de oposición (la Alianza Federalista) que intentó convertirse en un contrapeso y grupo de presión contra el Presidente de la República.

Adicionalmente, al estallar el escándalo de corrupción por la presunta entrega de sobornos entregados por la empresa brasileña Odebrecht a panistas y priistas las tensiones subieron de tono.

En este ambiente de confrontación y ausencia de diálogo llega a la presidencia de la CONAGO el gobernador potosino Juan Manuel Carreras el 16 de julio.

AMLO y Carreras empiezan a cocinar un encuentro para superar diferencia.

La llegada de Juan Manuel Carreras a la presidencia de la CONAGO le vino como anillo al dedo al presidente de la república. El gobernador potosino y el tabasqueño se llevan bien y han logrado construir una relación respetuosa y funcional para sus respectivos intereses. Para AMLO, Carreras es un buen interlocutor con los gobernadores del país. López Obrador no quiere seguir tensando la cuerda con los mandatarios estatales así que pronto acordó con el mandatario potosino construir un espacio de convergencia, diálogo y acuerdo con ellos. La oportunidad más propicia se presentaría en la LIX reunión de la CONAGO que tendría lugar en la capital potosina el 19 de agosto.

Para Juan Manuel Carreras se presentaba una oportunidad de mostrar sus capacidades de operación política y de paso para consolidar su relación con el presidente. Así que Carreras se empleó a fondo, cabildeó y logró que todos los gobernadores aceptaran venir a San Luis Potosí a dialogar con el presidente. Poco a poco se fue acordando la agenda del encuentro. El presidente López Obrador la aceptó sin regateos e incluso llegó a declarar a los medios de comunicación que no quería pleito sino acuerdos. Para reforzar esta postura el mandatario decidió hacerse acompañar de todo su gabinete legal y ampliado. Esta modalidad de trabajo convirtió a la reunión de la CONAGO en un diálogo de la República.

Llegó el día esperado y todo era expectación, temores y esperanzas.

Previo a la cumbre de los gobernadores se hicieron vaticinios de que aquello acabaría en un desastre. Pocos creían que la clase política se pondría de acuerdo. Y sin embargo ese miércoles 19 de agosto hubo un diálogo republicano que al final del día rindió buenos frutos.

Desde luego que no todo fue miel sobre hojuelas. Hubo manifestaciones de rechazo a la presencia del tabasqueño ( AMLO: "vete ya"; "En SLP no te queremos"; "Fuera López”; “Juicio político al genocida" y "cárcel a López"). En los alrededores del Centro de Convenciones se pudo observar lo mismo a defensores de la Sierra de San Miguelito que a telefonistas, ferrocarrileros o al grupo FRENAA; a normalistas egresados de escuelas privadas y hasta agricultores de Chihuahua hicieron el viaje desde aquella entidad para denunciar atropellos. Ese mismo día (19 de agosto) apareció un desplegado firmado por colegios y sociedades de medicina en el que se denunciaba la falta de personal médico y se exigía aumento de sueldo y prestaciones en caso de contagio o muerte de los trabajadores de la salud que laboran en las áreas de atención a enfermos de Covid. En fin, que la reunión estuvo acompañada de una vibrante presencia de opositores al presidente.

Final feliz.

Sin embargo y a pesar de la estridencia opositora, en el interior del Centro de Convenciones los gobernadores y el presidente de la república dialogaron y llegaron a acuerdos.

López Obrador ofreció la entrega de treinta y un mil millones de pesos a los estados para fortalecer sus finanzas y para que enfrentaran la crisis provocada por el Covid-19. Acordó también apoyos para fortalecer la infraestructura y renegociar las deudas estatales de las 32 entidades federativas a través de BANOBRAS. Para el caso de San Luis Potosí hubo el compromiso de terminar la carretera Valles- Tamazunchale y se pactó la terminación de la vía alterna para llegar a la Zona Industrial.

Otro acuerdo importante fue la formación de un grupo de trabajo para elaborar una nueva Ley de Coordinación Fiscal que propicie una mejor distribución de los impuestos en favor de los estados de la república. También se anunciaron recursos para que los estados otorguen créditos a las pequeñas y medianas empresas. Así mismo se informó que habrá dinero ilimitado para combatir la pandemia y que los medicamentos y la vacuna contra el coronavirus, una vez que esté disponible, serán gratuitos para toda la población.

Puede afirmarse que la reunión de la CONAGO fue exitosa.