En caso de padecer diabetes, obesidad o hipertensión y contagiarse de Covid-19 se corre un mayor riesgo de que la enfermedad se complique e incluso el riesgo de muerte se eleva, de acuerdo con la doctora Martha Altamirano, coordinadora de la licenciatura de Nutrición en la Universidad de Guadalajara, estas comorbilidades están relacionadas a una mala alimentación.

“Estas comorbilidades, principalmente nos están hablando de diabetes, hipertensión y sobretodo sobrepeso y obesidad, éstos tres están relacionadas totalmente a una mala alimentación están relacionadas a hábitos en las familias, relacionados con elecciones alimentarias que van más hacia los alimentos baratos, cargados en hidratos de carbono refinados, en azucares y en grasas inadecuadas”.

Para fortalecer el sistema inhume es necesario que las familias regresen a la alimentación básica con granos como el maíz, leguminosas, frutas y verduras, que mantendrán el sistema inmunológico sano, indicó la doctora en nutrición.

“Esto clásico que se solía comer antes, del taquito de frijol o el mollete de frijol o las enfrijoladas o frijolitos de la olla, se discrimina, realmente es algo a lo que tendríamos que volver acompañado de una cantidad importante de verduras y frutas frescas las cuales deberían de formar la mitad de la proporción del plato en nuestro desayuno, nuestra comida y nuestra cena”.

En México 7 de cada 10 personas tiene sobrepeso u obesidad, situación que no debe de ser normalizada ya que se trata de un problema de salud, indicó la académica de la Universidad de Guadalajara, quien sostuvo que es necesario que los mexicanos cambien sus hábitos alimenticios.

“Con la estadística que tenemos en México que siete de cada 10 mexicanos tienen sobrepeso u obesidad entonces se vuelve normal el ver personas con sobrepeso u obesidad, pero el que sea común no significa que sea saludable, tenemos que reconocer que sin duda la obesidad no es un problema de estética, así como el sobrepeso no es un problema de estética sino un problema de salud que ocasiona un alto riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y aumenta las posibilidades de riesgo en caso de infección por Covid-19”.  

De acuerdo con autoridades del sector salud, el Covid-19 es una enfermedad que llegó para quedarse y eso implica que se deben de cambiar hábitos, proceso que tomará dos o tres años y debe de ir acompañado por profesionales de la nutrición, manifestó Martha Altamirano.

“Cuando se trabaja con una dieta restrictiva que es lo que muchos esperan, entonces lo que va a pasar es que el paciente va a preguntarse cuándo termina y cuando dejo de hacer esto, un cambio de hábitos que me lleve a una reducción de peso a largo plazo, requiere constancia y requiere tener en claro que comer sano es algo que tenemos que hacer todos los días”.   

EH 

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