(Bloomberg) -- El fiscal que está forzando los recientes pagos de deudas tributarias de México promete más acuerdos. Tiene una receta simple: jugar duro con las compañías, cargos criminales incluidos.

En poco más de un mes, la administración de Andrés Manuel López Obrador ha convencido a compañías que incluyen a Wal-Mart de México y Fomento Económico Mexicano a pagar un total de más de US$1.000 millones en una avalancha de acuerdos fiscales inesperados.

Mientras que algunos representantes de empresas mexicanas dicen que la represión fiscal es similar al “terrorismo fiscal” en el que se pisotean los derechos, el fiscal tributario Carlos Romero Aranda dice que solo está “retomando las riendas” después de que administraciones anteriores permitieran que las empresas lo hicieran.

“Soltaron las riendas del fisco, lo que estamos haciendo es retomar las riendas. No es ningún abuso de poder, es simplemente aplicar la ley y esto da certeza a cualquier abogado o a cualquier inversionista”, dijo en una entrevista en su oficina en el Palacio Nacional de Ciudad de México.

La disputa fiscal es un capítulo clave en la ruptura de las relaciones de López Obrador con la comunidad empresarial, en medio del colapso de la economía debido a la crisis del coronavirus. En lugar de distribuir ayuda fiscal a las empresas que vieron que sus ingresos se agotaron con las medidas de bloqueo, AMLO, como se conoce al presidente, exigió a las empresas que paguen las deudas tributarias como una forma de aumentar los ingresos del Gobierno.

Dijo en abril que solo 15 grandes compañías le debían al recaudador de impuestos 50 mil millones de pesos (US$2.200 millones), sin revelar nombres.

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