Alejo Sánchez Cano

Vía: El Financiero.

Los días de Nicolás Maduro como dictador de Venezuela se agotan mientras se acomodan todas las piezas para que el pueblo venezolano deje atrás esos tiempos aciagos en donde se autoexiliaron del país más de nueve millones de habitantes en búsqueda de paz y oportunidades de trabajo y mejora en la calidad de vida.

La irrupción de Hugo Chávez y luego de Maduro significó un duro golpe para los derechos humanos de la población, que tuvo que padecer la represión, el autoritarismo y una asfixiante crisis económica que le pegó a todos, menos a los cobijados por el régimen autoritario.

Las desapariciones de venezolanos inconformes con el gobierno representan una cifra negra que, a la fecha, nadie sabe a ciencia cierta de cuántos cientos de miles estamos hablando y que se perfilarán hasta encontrar un número exacto cuando regrese la democracia.

El premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado es un reconocimiento otorgado por el mundo democrático a una ciudadana que es el ejemplo de la represión que han sufrido los venezolanos en los últimos 13 años y que aún en estos tiempos corre el riesgo de ser asesinada y por ello su salida subrepticia de su país para llegar a suelo noruego apoyada por el gobierno de Estados Unidos. La líder de la oposición venezolana y actual ganadora del Premio Nobel de la Paz aseguró que la tiranía en su país acabará muy pronto y que tiene esperanza de que Venezuela será libre para poder dar la bienvenida a todos sus paisanos que, como ella, han tenido que huir del país.

La activista advirtió que Venezuela ya ha sido invadida de agentes rusos, iraníes, grupos terroristas y narcotraficantes, por lo que es un argumento falaz señalar que las fuerzas militares de Estados Unidos sean vistas como invasores y no como los salvadores de los venezolanos.

En este contexto, la presidenta Sheinbaum se ha colocado una vez más del lado equivocado de la historia al apoyar a Nicolás Maduro y no a la galardonada con el Premio Nobel de la Paz.

Una vez más, la mandataria mexicana desperdició la oportunidad de felicitar a una mujer valiente que resistió estoicamente la represión del régimen, para defender a un gobierno populista de izquierda alineado a las dictaduras de la región.

Se abstuvo de felicitarla y con ello dejó pasar una oportunidad dorada en el reconocimiento de la defensa de los derechos humanos en el orbe.

El presidente Donald Trump ya amenazó que, después de la caída de Nicolás Maduro, seguirá Petro de Colombia y luego, los gobiernos que apoyan a los narcoterroristas.

La lucha de vencidas entre las fuerzas imperantes en la geopolítica en el mundo ha encontrado en territorio venezolano el campo de batalla perfecto para enfrentarse en detrimento de la población venezolana.

Luego de la incautación del buque petrolero venezolano por parte de Estados Unidos, siguieron las sanciones a tres sobrinos de Maduro y a seis empresas.

Como se aprecia, las hostilidades van en aumento para quitar al todavía presidente venezolano y ello no solo prende las alertas en la región, sino en todo el mundo.

Se vislumbra que a fin de año ocurra el cisma en Venezuela con la caída de Maduro y el restablecimiento de la democracia, y ojalá que la transición sea pacífica con la expulsión del sátrapa.

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