Por Irene Mendoza - Motorpasion

En la industria automovilísitca, la competencia es feroz, más en China. Por eso ha sorprendido tanto que Lei Jun, fundador y CEO de Xiaomi, haya recomendado abiertamente a los compradores con prisa que se decanten por modelos de la competencia. Un gesto inédito en el país, donde el mianzi (prestigio y reputación) pesa más que cualquier campaña de marketing.

La causa de esta maniobra está en el éxito abrumador del Xiaomi YU7, su nuevo SUV eléctrico: 240.000 pedidos en solo 18 horas, lo que ha provocado que el plazo de entrega del modelo base supere ya los 14 meses, según datos recogidos por Bloomberg.

Cuando vender demasiado se convierte en un problema

El YU7 es un competidor directo del Tesla Model Y, pero con una carta de presentación que ha seducido al mercado chino: 835 km de autonomía según ciclo CLTC (China Light-Duty Vehicle Test Cycle), carga ultrarrápida al 80 % en 13 minutos y un precio base de 253.500 yuanes (unos 30.300 euros).

Además, lleva un completo equipamiento que incluye pantallas XXL y asientos con masaje, detalles que ya son imprescindibles para el comprador chino de coches eléctricos, cuya máxima prioridad es el confort (y la tecnología). Sin embargo, la producción no acompaña a la demanda.

Xiaomi acaba de completar la segunda fase de su planta de Pekín, pero su capacidad sigue limitada: ha tardado dos meses en alcanzar las 10.000 unidades mensuales con la berlina SU7 y necesitará cinco meses para llegar a 20.000. Actualmente, el YU7 sale de fábrica a un ritmo de solo 1.590 unidades semanales.

La sinceridad como estrategia

Ante este cuello de botella, Lei Jun sorprendió a todos con un mensaje en la red social local Weibo: “Si necesitas comprar un coche pronto, otros modelos eléctricos producidos en China son bastante buenos”. Entre sus recomendaciones estaban el Xpeng G7, el Li Auto i8 y, de forma especialmente llamativa, el Tesla Model Y.

Este tipo de declaraciones rompen con el guion habitual de la industria, sobre todo en China. Ningún CEO de Tesla, Toyota o BYD ha sugerido nunca a sus clientes comprar un rival, por largas que fueran las listas de espera. Según expertos citados por Bloomberg, “esta transparencia calculada” puede reforzar la imagen de marca y transmitir confianza, incluso a costa de perder ventas inmediatas.

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Un fenómeno global, pero con sello chino

La saturación de pedidos no es nueva en la automoción. Tesla vivió listas de espera de hasta tres años para el Model 3 en 2016, y Toyota llegó a tener cuatro años de demora en Japón para el Land Cruiser en plena crisis de suministros en 2022. La diferencia aquí es la reacción: Lei Jun no oculta las limitaciones de Xiaomi, sino que las reconoce y hasta ofrece alternativas.

Esta franqueza podría ser un guiño a los consumidores jóvenes chinos, cada vez más escépticos con las promesas vacías y que valoran la honestidad corporativa. Las 240.000 reservas del YU7 en menos de un día suponen casi igualar las ventas semestrales de Tesla en China. En un contexto en el que Apple tuvo que abandonar su proyecto automovilístico, el éxito de Xiaomi demuestra que las tecnológicas chinas están liderando la guerra del coche eléctrico, no solo en precio, sino en autonomía, tiempos de carga y experiencia de usuario.

Así, en un mercado saturado de promesas incumplidas, Xiaomi ha optado por la carta más difícil: la sinceridad. Y si su CEO puede permitirse recomendar un Tesla, es porque sabe que muchos clientes preferirán esperar… y mucho.

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