Por: Irene Delgado - ASTRESMEDIA

Los científicos han descubierto una nueva técnica de momificación que fue empleada en el siglo XVIII en Austria. Gracias a este inusual proceso, la momia de un sacerdote se convirtió en una de las mejores conservadas de toda Europa.

El cuerpo, conservado durante casi 300 años, fue embalsamado de una forma tan inusual como eficaz: introduciendo zinc, astillas de madera y tela por el recto.

El hallazgo, publicado en la revista 'Frontiers in Medicine', ha aportado una información histórica muy valiosa tanto de las prácticas de conservación de la época como de la identidad y muerte del sacerdote.

Momia_Austria_2_MiRioverde.png

Pensaban que era un milagro

Durante generaciones, los habitantes del pueblo de Santo Tomás de Blasenstein, en Austria, creyeron que la preservación del cuerpo era de origen divino.

Apodado por los lugareños como el "capellán secado al aire", el cadáver se convirtió en una atracción local desde el siglo XIX. Incluso se distribuyeron folletos turísticos y se colocó una tapa de ataúd con una ventana para mostrar a los visitantes el cuerpo momificado, visible en la cripta de la iglesia del pueblo.

Las teorías sobre su conservación iban desde condiciones climáticas excepcionales hasta la radiación o incluso milagros. Sin embargo, gracias a las nuevas tecnologías de -imagen, análisis químicos y datación por radiocarbono, los investigadores descubrieron una verdad mucho más terrenal: una técnica de embalsamamiento meticulosa y poco ortodoxa.

La momificación

A diferencia de las prácticas habituales de la época, que requerían incisiones abdominales, el cuerpo del sacerdote no mostraba señales externas de haber sido abierto. Sin embargo, una tomografía computarizada reveló materiales extraños en el interior del torso. Esto llevó al equipo a realizar una pequeña incisión en la espalda y encontrar una mezcla cuidadosamente introducida de astillas de madera, ramitas, telas de lino, cáñamo y hasta seda cara.

El análisis toxicológico mostró altos niveles de zinc y cobre en los tejidos, lo que indicaba el uso deliberado de cloruro de zinc, un potente agente secante con propiedades antimicrobianas. Dado que las paredes del abdomen estaban intactas y el recto presentaba una ligera dilatación post mortem, los científicos concluyeron que el relleno se introdujo por esa vía natural.

Este proceso permitió conservar el torso en un estado excepcional, aunque otras partes como la cabeza y las extremidades mostraban signos de mayor deterioro. También se halló una cuenta de vidrio en la cavidad pélvica, que en el pasado había alimentado teorías de envenenamiento, pero que probablemente formaba parte de un rosario.

¿Quién es la momia?

El análisis radiocarbónico y otros estudios confirmaron que se trata de Franz Xaver Sidler von Rosenegg, un vicario parroquial que murió en 1746 a los 37 años. El esqueleto mostraba una alimentación rica en proteínas, indicativa de un estatus elevado. Los dientes, con desgaste semicircular, revelaron que probablemente era fumador de pipa. También padecía tuberculosis pulmonar crónica, con signos de calcificación y una cavidad en el pulmón derecho, y los investigadores creen que murió por una hemorragia pulmonar aguda provocada por esta enfermedad.

Aunque no se sabe por qué recibió un tratamiento tan meticuloso, debido a que la mayoría de las personas de su época no eran embalsamadas, una teoría sugiere que su cuerpo pudo haber sido preparado para ser transportado a su abadía natal, aunque este traslado nunca llegó a concretarse.

Mas de esta seccion: Internacional


Nota:Este espacio es para que opines con responsabilidad, sin ofensas, vulgaridad o difamación. Cualquier comentario que no cumpla con estas características apropiadas, será eliminado definitivamente.