Una de las principales causas de los sismos es la interacción de las placas tectónicas que forman la tierra, a pesar de ello, esto no es el único elemento ya que en el subsuelo pueden acumularse grandes concentraciones de energía en las rocas, que servirían para detonar en un sismo, explican los doctores José Alfredo Ramos Leal y Omar Delgado Rodríguez, Jefe de la División de Geociencias Aplicadas del IPICYT e Investigador de la misma división respectivamente.

“Lo sismos, temblores y terremotos se originan en el interior de la tierra y se propagan en todas direcciones en forma de ondas, la profundidad del foco de liberación de energía de un terremoto se conoce como hipocentro, y dependiendo de esta profundidad de liberación de energía se pueden clasificar en superficiales, intermedios y profundos”, explica el Dr. Omar Delgado Rodríguez.

Explica que en el caso de los recientes temblores ocurridos en los límites de San Luis Potosí y Guanajuato, éstos se generaron a profundidades de 5 km (superficiales) y tuvieron intensidades de entre 3 a 4 (escala de Richter) y corresponden a lo que se conoce como un “enjambre sísmico”, que es la ocurrencia de un conjunto de eventos sísmicos en un área específica durante un periodo de tiempo relativamente corto.

“Todo nuestro estado está clasificado como sísmico nivel bajo a moderado, y en el caso del enjambre de sismos ocurridos recientemente las magnitudes fueron de baja a moderada, y por la poca profundidad del hipocentro las poblaciones aledañas permitieron su percepción. Otro factor es que en esta región se han identificado fallas activas que pueden estar relacionado con este enjambre de sismos”, agrega el Doctor en Geofísica por la UNAM.

Por su parte, el Jefe de la División de Geociencias Aplicadas, José Alfredo Ramos Leal, explica que entre los procesos más comunes que pueden generar un sismo se encuentran se encuentran los procesos tectónicos que ocurren cuando hay desplazamiento de las placas tectónicas que conforman la corteza, afectan grandes extensiones.

Además la actividad volcánica que se produce en zonas con actividad volcánica que, aunque es poco frecuente, cuando la erupción es violenta genera grandes sacudidas cuyos efectos se perciben en los lugares cercanos a la erupción.

“Y también se deben al hundimiento que se presenta cuando en el subsuelo ha ocurrido erosión provocado por el agua subterránea, creando vacíos en el subsuelo que, por el peso de la parte superior cede, generando vibraciones en las cercanías del terreno, por el deslizamiento de taludes que ocurren cuando los bloques inestables de zonas montañosas se deslizan y puede producir pequeños sismos locales y por último las explosiones nucleares ocasionadas por el ser humano y producir movimientos sísmicos”, explica quien también es Doctor en Geofísica por la UNAM.

Tipos de temblores

Superficiales: son aquellos terremotos cuyo foco no va más allá de los 70 kilómetros de profundidad. Los terremotos superficiales son también los más frecuentes y generalmente el hipocentro se ubica entre los 5 y 25 kilómetros de profundidad.

Intermedios: el foco ocurre a una profundidad entre 70 y 300 kilómetros de profundidad.

Profundos: estos eventos sísmicos tienen su foco fuera de los límites de la litósfera, a más de 300 kilómetros de profundidad. Son casi imperceptibles debido a la lejanía con la superficie terrestre y también son menos frecuentes.

Fallas a 3 kilómetros de Jaral de Berrios.jpg

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